That was a truly horrible life.
Uno siempre tiende a querer más de lo que tiene. ¿Alguna vez han pensado que su casa o su pieza es muy chica, o el por qué debo compartirla con mi hermano o hermana? O quizás se han sentido miserables porque están resfriados y no paran de estornudar. Estas son situaciones problemáticas, pero ¿realmente son tan atroces?
Durante el período de la cuestión social eran insignificantes. “Si vos pudierais dejar por unos días los palacios y descender a los conventillos de las ciudades, a los ranchos de los inquilinos, a las viviendas de los mineros, a los campamentos de las salitreras, vuestro corazón se enternecería y vuestro rostro se enrojecería al ver la vida inhumana que llevan las tres cuartas partes de vuestros conciudadanos.”(1)
Esta etapa se caracterizó por la poca o nula seguridad que tenía el proletariado de tener una favorable calidad de vida. El obrero, que fue obligado a irse de los campos y trasladarse las zonas rurales o campamentos mineros, fue víctima de situaciones realmente terribles. El trabajador dormía en una “casa”, que solo era una pieza y, por sobre esto, él la compartía con otras personas con su misma suerte; o sufría enfermedades que mermaban su vida hasta terminar finalmente con ella. Muchos eran las complicaciones de la población ubicada en la más baja escala social.
Uno de las deficiencias en la vida del campesino (que se ha mudado, ya sea a la ciudad o a un campamento de extracción de mineral) más importantes y significativas, era acerca de su vivienda.
Con vivienda nos referimos no solo a una casa, sino a el lugar donde una persona, como el nombre dice; vive o habita. En este caso específico existían diferentes tipos de moradas, tales como campamentos y conventillos.
Durante el período de la cuestión social eran insignificantes. “Si vos pudierais dejar por unos días los palacios y descender a los conventillos de las ciudades, a los ranchos de los inquilinos, a las viviendas de los mineros, a los campamentos de las salitreras, vuestro corazón se enternecería y vuestro rostro se enrojecería al ver la vida inhumana que llevan las tres cuartas partes de vuestros conciudadanos.”(1)
Esta etapa se caracterizó por la poca o nula seguridad que tenía el proletariado de tener una favorable calidad de vida. El obrero, que fue obligado a irse de los campos y trasladarse las zonas rurales o campamentos mineros, fue víctima de situaciones realmente terribles. El trabajador dormía en una “casa”, que solo era una pieza y, por sobre esto, él la compartía con otras personas con su misma suerte; o sufría enfermedades que mermaban su vida hasta terminar finalmente con ella. Muchos eran las complicaciones de la población ubicada en la más baja escala social.
Uno de las deficiencias en la vida del campesino (que se ha mudado, ya sea a la ciudad o a un campamento de extracción de mineral) más importantes y significativas, era acerca de su vivienda.
Con vivienda nos referimos no solo a una casa, sino a el lugar donde una persona, como el nombre dice; vive o habita. En este caso específico existían diferentes tipos de moradas, tales como campamentos y conventillos.
Los campamentos se ubicaban en las compañías de extracción minera, estaban constituidos por una sola sala donde dormir. En esta pieza una familia entera debía compartir el reducido espacio, o bien era ocupada por varios solteros. Las letrinas no eran de muy buena calidad. En algunos “departamentos”, las paredes estaban hechas de calamina, una aleación de zinc, plomo y estaño, un material que no protegía del intenso frío de la noche, pero la mayoría estaban hechas de cualquier material que se pudiese encontrar, desechos como cartón, latas, etc. Los cuales son mucho peor material de construcción.
A lo anterior se le suma la poca ventilación de las estancias, en el interior de la habitación flotaba un constante olor a encierro; ¿no encuentran desagradable ese olor tan conocido por nosotros cuando buscamos en un armario o ropero que lleva varios días cerrado? Los habitantes de los campamentos mineros sufrían esa sensación de encierro todos los días.
Asimismo, entraba poca o nada de luz en sus aposentos, lo que tenía un efecto bastante desmoralizador: después de un largo día de trabajo en la oscuridad de una caverna, sales al aire libre y te encuentras con la negrura de la noche, y, al llegar a tu “casa”, ésta está en tinieblas.
Los mineros no podían hacer gran cosa; una razón era que ya no tenía la cercanía que tenían antes con su patrón en el campo, ahora era un funcionario de una empresa, la cual no tenía convivencia alguna con sus dependientes. La otra razón era la cantidad de individuos que estaban cesantes o buscaban mejores sueldos en las compañías productoras, si el subalterno mencionaba que los términos con los cuales trabajaba eran injustos, simplemente era despedido y suplantado por otro de los obreros ya mencionados.
La horrible situación no solo atentaba a los habitantes de las salitreras, ya que el fenómeno de la cuestión social afectaba a todos. Los habitantes recién llegados a las ciudades, y en especial a la capital, buscando mejor calidad de vida, sueldos y condiciones, eran una cantidad que sobrepasaba por mucho a la capacidad de vivienda de dichas ciudades.
Asimismo, entraba poca o nada de luz en sus aposentos, lo que tenía un efecto bastante desmoralizador: después de un largo día de trabajo en la oscuridad de una caverna, sales al aire libre y te encuentras con la negrura de la noche, y, al llegar a tu “casa”, ésta está en tinieblas.
Los mineros no podían hacer gran cosa; una razón era que ya no tenía la cercanía que tenían antes con su patrón en el campo, ahora era un funcionario de una empresa, la cual no tenía convivencia alguna con sus dependientes. La otra razón era la cantidad de individuos que estaban cesantes o buscaban mejores sueldos en las compañías productoras, si el subalterno mencionaba que los términos con los cuales trabajaba eran injustos, simplemente era despedido y suplantado por otro de los obreros ya mencionados.
La horrible situación no solo atentaba a los habitantes de las salitreras, ya que el fenómeno de la cuestión social afectaba a todos. Los habitantes recién llegados a las ciudades, y en especial a la capital, buscando mejor calidad de vida, sueldos y condiciones, eran una cantidad que sobrepasaba por mucho a la capacidad de vivienda de dichas ciudades.
Los que llegaron en primer lugar no tuvieron contratiempos, pero, al aumentar el número de allegados, los arrendatarios subieron enormemente sus precios, otros utilizaron sus departamentos y casas de una forma muy particular: arrendaban cada pieza por separado, de esta forma podían vivir, al igual que en las salitreras, 3 a 8 personas en el mismo espacio, ya sean estas familias o no.
Por estas razones se crearon los conventillos. “Los conventillos nacieron y se multiplicaron como respuesta a la demanda habitacional de los sectores populares, a la falta de terrenos para levantar sus viviendas y al progresivo mayor valor del suelo”(2).
Los conventillos eran, básicamente, el conjunto de viviendas que se hicieron para albergar a tanto campesino que llegaba a la zona urbana.
Por ordenanzas políticas, se fabricaron varias viviendas, aunque éstas estaban muy pegadas unas con otras, dejando un pequeñísimo espacio que podría ser considerado como “calle”. En esta área era donde los recién llegados cocinaban y lavaban la ropa.
Como cada habitación estaba tan pegada a la otra, había en el aire un ambiente de hacinamiento y la insalubridad del lugar, por la falta de higiene, agua, servicios básicos, hacía de la zona un no muy agradable ambiente.
Asimismo, el dinero que había que pagar para poder arrendar una habitación del conventillo eran exageradamente altos.
Con los campamentos y conventillos podemos observar la poca calidad de vida de “el pueblo” (puesto que las clases sociales altas eran indiferentes a estas), vivían en lugares apretados y sin higiene. Estos dos últimos factores conllevan a otro problema: las enfermedades.
Era muy común que los habitantes de los conventillos presentaran padecimientos como el cólera, el tifus, la peste negra o bubónica y la viruela. Estas enfermedades convivían día a día con las personas.
El cólera es una enfermedad ocasionada por una bacteria que vive en lugares húmedos. Produce diarrea y vómitos.
El tifus es infectado en el cuerpo por la picadura de parásitos como las pulgas, piojos y ácaros. Produce fiebre, cefalea y escalofríos.
La peste negra es una enfermedad que puede causar la muerte y fue causa de grandes tragedias a lo largo de toda la historia. Es transmitida por pulgas y ratas de campo.
La viruela es una enfermedad grave en la que salen pequeñas manchas en el cuerpo del infectado. Muchos niños se contagiaban de esto y su única protección contra ella era la vacuna.
La gente se enfermaba porque sus lugares de vivienda no tenía ventilación y poseían poca luminaria del sol, además no existía el alcantarillado, los desechos biológicos humanos pasaban “flotando” muy cerca de las calles y caminos. El agua potable era escasa y difícil de conseguir, y a veces esta escasa agua potable se mezclaba con el agua servida. No existía el sistema de tuberías: para bañarse, si es que se bañaba, debía usar tambores llenos de agua que proporcionaban los baños públicos.
Los miembros de la comunidad, luego de enfermarse por las causas ya mencionadas, no tenían lugares donde mejorar su salud. Se infectaban en su casa con una bacteria , y lo único que podían hacer, era seguir infectándose más en el mismo entorno insalubre. No existían entes institucionales que ayudaran a combatir las dolencias, y las pocas organizaciones que ayudaban a combatirlas, no daban a vastos con tal cantidad de enfermos. A esto se le suma el rechazo que tenían la masa obrera respecto a las medicinas como las vacunas, que se suministraban en poca cantidad.
Como última enfermedad se puede recalcar una que es consecuencia de todo lo dicho anteriormente: El sentimiento de vivir en condiciones horribles y no poder hacer nada contra eso.
Los obreros que cambiaron de vida se sentían todos los días como pequeños insectos. Una mancha en la sociedad. Vivían en lugares horribles y su actividad diaria era entristecedora. Y lo peor de todo, a nadie le importaba lo que le pudiera pasarles y, al que le importaba, no era otro que, al igual que él, vivía en la miseria.
Así que la próxima vez que pienses que tu vida es decadente, piensa primero en que hubo una época, en la que el término decadencia no alcanzaba a abarcar la situación de los obreros durante la cuestión social.
Por ordenanzas políticas, se fabricaron varias viviendas, aunque éstas estaban muy pegadas unas con otras, dejando un pequeñísimo espacio que podría ser considerado como “calle”. En esta área era donde los recién llegados cocinaban y lavaban la ropa.
Como cada habitación estaba tan pegada a la otra, había en el aire un ambiente de hacinamiento y la insalubridad del lugar, por la falta de higiene, agua, servicios básicos, hacía de la zona un no muy agradable ambiente.
Asimismo, el dinero que había que pagar para poder arrendar una habitación del conventillo eran exageradamente altos.
Con los campamentos y conventillos podemos observar la poca calidad de vida de “el pueblo” (puesto que las clases sociales altas eran indiferentes a estas), vivían en lugares apretados y sin higiene. Estos dos últimos factores conllevan a otro problema: las enfermedades.
Era muy común que los habitantes de los conventillos presentaran padecimientos como el cólera, el tifus, la peste negra o bubónica y la viruela. Estas enfermedades convivían día a día con las personas.
El cólera es una enfermedad ocasionada por una bacteria que vive en lugares húmedos. Produce diarrea y vómitos.
El tifus es infectado en el cuerpo por la picadura de parásitos como las pulgas, piojos y ácaros. Produce fiebre, cefalea y escalofríos.
La peste negra es una enfermedad que puede causar la muerte y fue causa de grandes tragedias a lo largo de toda la historia. Es transmitida por pulgas y ratas de campo.
La viruela es una enfermedad grave en la que salen pequeñas manchas en el cuerpo del infectado. Muchos niños se contagiaban de esto y su única protección contra ella era la vacuna.
La gente se enfermaba porque sus lugares de vivienda no tenía ventilación y poseían poca luminaria del sol, además no existía el alcantarillado, los desechos biológicos humanos pasaban “flotando” muy cerca de las calles y caminos. El agua potable era escasa y difícil de conseguir, y a veces esta escasa agua potable se mezclaba con el agua servida. No existía el sistema de tuberías: para bañarse, si es que se bañaba, debía usar tambores llenos de agua que proporcionaban los baños públicos.
Los miembros de la comunidad, luego de enfermarse por las causas ya mencionadas, no tenían lugares donde mejorar su salud. Se infectaban en su casa con una bacteria , y lo único que podían hacer, era seguir infectándose más en el mismo entorno insalubre. No existían entes institucionales que ayudaran a combatir las dolencias, y las pocas organizaciones que ayudaban a combatirlas, no daban a vastos con tal cantidad de enfermos. A esto se le suma el rechazo que tenían la masa obrera respecto a las medicinas como las vacunas, que se suministraban en poca cantidad.
Como última enfermedad se puede recalcar una que es consecuencia de todo lo dicho anteriormente: El sentimiento de vivir en condiciones horribles y no poder hacer nada contra eso.
Los obreros que cambiaron de vida se sentían todos los días como pequeños insectos. Una mancha en la sociedad. Vivían en lugares horribles y su actividad diaria era entristecedora. Y lo peor de todo, a nadie le importaba lo que le pudiera pasarles y, al que le importaba, no era otro que, al igual que él, vivía en la miseria.
Así que la próxima vez que pienses que tu vida es decadente, piensa primero en que hubo una época, en la que el término decadencia no alcanzaba a abarcar la situación de los obreros durante la cuestión social.
Rodrigo Fuentes
Citas:
Bibliografía:
Vial Correa, Gonzalo (1981). "La cuestíon social". En: Historia de Chile (1891-1973), vol. I. Santiago. Universitaria.
http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/index.asp?id_ut=lacuestionsocialenchile1880-1920
http://www.plataforma.uchile.cl/fg/semestre2/_2004/conflicto/modulo1/clase2/doc/integra.doc
http://www.odisea.ucv.cl/pags/unidades2/unidad4/contenido4.html
http://luisemiliorecabarren.cl/files/los_trabajos_y_los_dias_de_recabarren_de_witker.pdf
http://www.plataforma.uchile.cl/fg/semestre2/_2004/conflicto/modulo1/clase2/doc/integra.doc
http://www.odisea.ucv.cl/pags/unidades2/unidad4/contenido4.html
http://luisemiliorecabarren.cl/files/los_trabajos_y_los_dias_de_recabarren_de_witker.pdf
http://www.entornomedico.org/salud/saludyenfermedades/alfa-omega/colera.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Tifus
http://es.wikipedia.org/wiki/Peste_negra
http://es.wikipedia.org/wiki/Viruela
http://es.wikipedia.org/wiki/Tifus
http://es.wikipedia.org/wiki/Peste_negra
http://es.wikipedia.org/wiki/Viruela
Imágenes:
1 comentario:
Rodrigo:
muy buen trabajo, se nota esfuerzo y dedicación., mi único reparo sería el que repetías insistentemente el que la población se encontraba en precarias e insalubres condiciones, lo que redundaba en una serie de males.
Pero aún así, artículo muy interesante.
6.7
Publicar un comentario